gabriel valansi

gabriel valansi


Abstract-(1-72)


Laura Buccelato

Gabriel Valansi, Abstract-(1-72)



La obra de Gabriel Valansi se inscribe dentro de una sociedad sometida a los violentos vaivenes de dictaduras militares y de inestabilidades políticas y económicas de grandes corrupciones y de precario equilibrio institucional, donde la crisis de valores generalizada mundialmente se agudiza aún más. Esa sensación de caos atraviesa a toda la sociedad, y el arte y la cultura ponen en evidencia esa degradación de todos los valores, sean ellos morales, intelectuales o económicos.
Gabriel Valansi es un poeta que voluntariamente resigna su propio ego: no inventa directamente sus propias imágenes y se pone al servicio de otras ya creadas por la cultura misma, "robadas" de los archivos de internet (imágenes extraídas de científicos que trabajan en sistemas de detección y seguimiento). Al querer describir su sentido útlimo, lee la realidad como si estuviera en otra lengua y se ve obligado a traducirla al propio idioma.
Valansi opera sobre el cuerpo como un terrritorio sujeto a extrañas agrimensuras, que en la transposición de figuras asemejan caprichosas cartografías humanas, convertidas en potenciales "tiros al segno", rostros-objetivos, de perversas estrategias belicistas, enmascaradas bajo propuestas científicas para santificar la prepotencia del poder.
De este modo actúa como si un poeta tradujera a otro poeta, y aquí le cabría en apariencia aquello del Dante: "traduttore traditore". Es que Valansi entiende que la naturaleza es una naturaleza artificial, trabajada, y transforma así la traducción en la verdad misma.
Al infiltrarse en una realidad creada por el "establishment", la actitud del artista provoca una acción perturbadora al subvertir el orden originario en el que esas imágenes fueron creadas.
Valansi procura desenmascarar hasta las imágenes aparentemente más inocentes de la realidad, y nos dice que la manipulación de la realidad misma está contaminada y es contagiosa, que nadie está absuelto de pecado original en el universo artificial.
Lo contagioso generalmente está asociado a lo infeccioso; Valansi trata de fabricar las vacunas, los contravirus de la sociedad actual, en ese sentido su obra es porfundamente ética. Nos advierte que el poder material del consumo, así sea a través del poder de la imagen, no es Dios; en fin, hace metafísica.



Abstract


Es un trabajo que pone la imagen obteniendo una sensación multiprospéctica en movimiento de una misma escena.
Según Valansi: "Trabajo sobre el nuevo concepto de identidad, que traduce los rasgos identificatorios de las personas en parámetros de evaluación de su peligrosidad potencial. La resignificación del concepto de vida privada a partir de los nuevos paradigmas de la seguridad global. Tomo las imágenes de prueba de los sistemas de seguimiento y detección de las personas. Partes biométricos y nuevos estándares de evaluación de los individuos. Imágenes obtenidas en los laboratorios donde se desarrollan los sistemas de detección y seguridad. Me interesa la estética que se desprende de esta manera de concebir al individuo, resultado de la traducción de las tecnologías militares de seguimiento en programas y sistemas de uso doméstico.
Parte de las imágenes de esta muestra son ejemplos incluídos en los abstracts de científicos que trabajan en estos sistemas, derivados de los utilizados en la detección y el seguimiento de las personas. Son retratos involuntarios, fruto de una nueva manera de concebir la identidad del individuo. Tal vez un campo de prueba visual en la detección de los nuevos enemigos. O personas que pueden significarlo en forma potencial, dentro de los nuevos paradigmas de la guerra moderna."
La imagen es una pared formada por virtuales ladrillos de material lenticular cuya resultante es un cúmulo de estratos que alejan al motivo original y se dispersan en un escenario devastador. Produce una sensación oscilante entre la seducción y perturbación de aquello que no es enteramente controlable, casi una abstracción.


(1:72)


Esta obra es, según palabras del artista, una instalación tridimensional cuyo eje está compuesto por una maqueta de un avión B 52, aciago emblema de la guerra nuclear. Este modelo para armar consta de 210 partes, las cuales, suspendidas en el aire, enfrentan al espectador con una vivisección de un objeto emblemático del mal. Ploteadas en las paredes, vemos pinturas ultravioletas del manual de instrucciones para el armado minucioso de cada una de las partes desmembradas, un recorrido hacia "las entrañas del mal" y su descarada banalidad.
(1:72) fue creada para que el público recorra la obra y tome posición crítica ante la misma: es una enorme explosión iluminada con luz fluorescente, con evocaciones provocadas por sombras fantasmáticas de temor y fascinación a la vez, donde la violencia de esa violencia "suspendida", en el instante mismo del estallido, acorrala y crea una imposibilidad de dimensión privada, todo emerge en una puesta en escena barroca en el sentido clásico de su estrategia efectista.